Luego de descansar algunos días en la playa y de tostar un poco nuestros cuerpos nos tomamos un avión a Hanoi, la capital vietnamita, al llegar decidimos partir en el tren nocturno a Sapa.
Sapa es una localidad que se encuentra perdida entre montañas y arrozales, casi haciendo frontera con China. Sus valles están habitados por diferentes tribus o clanes de aborígenes, cada uno con su propio dialecto y su vestimenta característica. Lo curioso es que muchas veces se comunican entre las diferentes tribus en inglés, francés o vietnamita, los primeros dos, aprendidos por la necesidad de subsistir del turismo. Entre dichas tribus no hay muy buena relación, ya que se pelean para tratar de vender sus artesanías a los visitantes.
Por otro lado las mujeres de estas tribus trabajan como guías turísticas y de montaña, mostrando los distintos pueblos y explicando un poco la manera de vivir del Valle.
Cabe destacar que estas mujeres son muy simpáticas y tienen mucho humor a pesar de muchas veces ser discriminadas por los mismos vietnamitas, ya que pertenecen a otra etnia.
Luego de Sapa, regresamos en un tren nocturno a Hanoi. El tren del infierno según Cecilia, ya que el aire acondicionado se rompió a mitad de la noche, y comenzó a funcionar la calefacción. Un verdadero sauna dentro de nuestro vagón.
Al llegar por la mañana a Hanoi, salimos hacia Halong Bay, donde pasamos dos días a bordo de un barco recorriendo esta Bahía.
La bahía de Ha Long es una extensión de agua de aproximadamente 1.500 km2. Está ubicada al norte de Vietnam, en la provincia de Quang Ninh, en el Golfo de Tonkin, cerca de la frontera con China.
Fué declarada Patrimonio de la Humanidad en 1994, y hoy en día forma parte de las siete maravillas naturales del mundo.
Mas de tres mil islas de piedra caliza irregular emergen de las aguas verde esmeralda de la Bahía de Halong, aunque lamentablemente hoy en día, debido a la cantidad de barcos que la navegan para explotarla turísticamente, el agua esmeralda esta repleta de residuos.
Algunas Islas son grandes rocas, y muchas de ellas son huecas, con enormes cuevas llenas de estalactitas y estalagmitas.
En los días que pasamos en el barco Alfredo sufrió un ataque de mal humor debido a la comida, ya que no le gustaba y no tenia opción de comprar nada en el mar !!!!
De Halong Bay regresamos a Hanoi, para quedarnos por un sólo día, antes de volar hacia Laos.